Juan Ignacio Piña: "Bolivia jamás ha dado a conocer un antecedente técnico para justificar que el Silala no es un río"
El también presidente del Consejo de Defensa del Estado (CDE), adelanta que este caso podría extenderse hasta 2020 y que la contrademanda anunciada por Evo Morales no le sorprende.
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A sus 42 años el abogado Juan Ignacio Piña había ocupado cargos importantes. Primero como subsecretario de Justicia y luego como presidente del Consejo de Defensa del Estado.
Sin embargo, no había tenido la responsabilidad de representar a Chile ante un organismo internacional como sucede hoy, tras ser designado por la presidenta Bachelet como coagente en la demanda que el lunes presentó nuestro país en La Haya contra Bolivia, por las aguas del río Silala.
“Asumo el desafío con responsabilidad y muy honrado de participar en un equipo liderado por la directora de Fronteras y Límites (Difrol), Ximena Fuentes”, explica.
- ¿Quiénes van a integrar el resto del equipo?
- Además de la agente y los dos coagentes, el equipo ya está integrado por profesionales, técnicos y abogados internacionales. Sus nombres se han mantenido en reserva y se van a seguir manteniendo así hasta que se estime lo contrario, pues tiene poco sentido ventilarlos sin saber cuáles van a ser las acciones de Bolivia todavía.
- O sea que ya está trabajando. ¿Cuánto tiempo llevan haciéndolo?
- Del orden de tres meses, sin perjuicio que los antecedentes se vienen acopiando desde hace años. Una vez que tuvo lugar el cambio de postura boliviano respecto de las aguas del Silala, se empezaron a generar los primeros estudios, tanto técnicos como jurídicos. Yo me incorporé en abril y ha sido un trabajo muy intenso y sigiloso porque teníamos la necesidad de que esto se mantuviera en la máxima reserva, atendido que Bolivia había amenazado con presentar una demanda.
- A principios del siglo XX hubo un acuerdo con Bolivia por la aguas, cuestión que posteriormente desconoció, ¿ese sería uno de los principales argumentos para que Chile haya hecho esta presentación?
- Lo que pasa es que uno de los 13 puntos que tenía la agenda que se discutió en 2009, incorporaba las aguas del Silala y eso no prosperó. Pero la postura chilena se mantenía bastante inalterada y decía mire, respecto de las aguas de un río internacional que atraviesa la frontera, que nace en Bolivia y que después escurre hacia Chile, tanto chilenos como bolivianos tenemos derechos de un uso equitativo y razonable.
- ¿Y cómo el gobierno chileno pretende demostrar que el Silala es un río internacional?
- La discusión desde esa perspectiva es bastante técnica, es decir, estamos discutiendo en ese punto muy poco de derecho, sino sobre la naturaleza. ¿Tenemos al frente un río o no? Y eso se estudia geológicamente, hidrográficamente, climatológicamente y gravitacionalmente. No cabe duda de que este es un curso que atraviesa las fronteras, lo que dice Bolivia es que se trataría de unos manantiales que afloran y mueren allá si no fuera por una canalización que se hizo a principios del siglo XX. Y la verdad es que toda la evidencia demuestra que la canalización que existe en Bolivia, construida en 1908, no desvía las aguas a Chile sino que simplemente las encausa para que sigan el curso natural. Si este fuera un problema de una canalización, sería cosa de destruirla. ¿Por qué no se ha hecho? Porque lo que desplaza el agua a Chile no son las canalizaciones sino que la Ley de Gravedad.
- Bolivia habla de una deuda histórica. ¿La Haya tiene atribuciones para que Chile compense a Bolivia?
- Lo que pasa es que la demanda de una eventual deuda histórica o el requerimiento de un pago descansa en la misma falacia de la postura boliviana. Es decir, sólo podría hablarse de deuda histórica si esto no fuera un río, pero atendido a que lo es, los estados riberanos, Chile incluido, tienen derecho a usar esas aguas. Y la discusión respecto de una deuda histórica termina siendo absolutamente superflua, porque no se da el presupuesto básico para que alguien le deba algo a otro.
- Bolivia presentará una contrademanda. ¿Cambia en algo el escenario para Chile?
- Para nada. Cuando se diseñó la estrategia y se avizoraron los escenarios, este es el que se había anticipado y por lo tanto no altera las decisiones que habíamos tomado. Lo que es verdaderamente relevante es que toda demanda reconvencional que intentará Bolivia tiene una limitación fundamental, porque deberá tener una conexión directa con el objeto de la demanda presentada por Chile. Es decir, hemos fijado el marco de la discusión y forzado a que Bolivia sólo pueda plantear asuntos directamente conectados con lo que hemos levantado: la naturaleza del río, los cauces y los deberes que le impone respecto del derecho internacional.
- Evo Morales acusa de “robar y después demandar”. ¿Esperaban eso?
- Lo que es evidentemente visible, sin entrar a controvertir las expresiones del presidente Morales, es que las declaraciones del 23 y 26 de marzo también tenían aparejadas las expresiones robo y por lo tanto forman parte de cierta retórica que está usando Bolivia en este ámbito y respecto de la que no cabe sino tomar distancia y tener confianza en los argumentos jurídicos que nosotros estamos ventilando.
- ¿Cuál es el peor escenario? Se lo pregunto porque frente a las otras diferencias que hemos tenido ante La Haya no nos ha ido muy bien.
- En todos los juicios el peor escenario es perder. Y el mejor ganarlo. Pero más allá de que un abogado jamás deba adelantar cuál va a ser el resultado, porque los juicios tienen imponderables, la verdad es que Chile tiene un muy buen caso en esta oportunidad.
- ¿Estamos en mejor situación que en otras?
- Es que no son comparables porque la naturaleza de las discusiones son distintas. Es decir, hemos hecho un ejercicio de revisión de todos los análisis y evidencia empírica y no hay nadie que haya tenido un atisbo de duda de lo que tiene al frente es un río. De hecho, estamos bastante expectantes respecto de en qué podría fundar Bolivia su contrademanda, porque jamás ha dado a conocer un antecedente técnico que pueda justificar la tesis de que esto no es un río.
- ¿Qué etapas vienen tras presentar la demanda?
- Ahora se juntarán las partes cuando las cite el presidente de la Corte, que podría tener lugar a fines de este mes. Y a partir de esa reunión se fijarán los plazos para la presentación de las memorias y contramemorias.
- ¿Cuánto podría durar este proceso?
- Estaríamos hablando que podría encontrarse resuelto el primer semestre de 2020.
- O sea, no cabe duda que no va a ser este gobierno el que verá el resultado de esta causa, sino que el próximo.
- Así es. Y eso es lo que pasa en todas las causas de carácter internacional y de Estado, porque básicamente detrás de ellas trascienden tanto los tiempos políticos como los períodos presidenciales.